Las tarjetas de disco duro no son intercambiables en todos los casos

Las tarjetas no son intercambiables y tampoco son la única solución para todos los problemas que puede tener un disco duro dañado.

Cada disco presenta una combinación única de características como son la marca, modelo, capacidad, numero de platos magnéticos, tamaño de sectores, configuración y número de cabezales, microjogs, módulos de firmware, tablas de errores, etc.

Por ejemplo, los discos WD My Book y My Passport son en su mayoría discos SED (Self Encrypted Disks o autoencriptables), por lo que la tarjeta de uno no puede funcionar en otro disco de ninguna manera.

En el caso de los discos Toshiba, HGST y Hitachi, se puede llegar a bloquear el disco al corromperse el firmware y sus extensiones.

En discos Seagate hay más de 300 procedimientos con secuencias de comandos diferentes que se deben introducir en la terminal (según el modelo, la familia y el problema detectado), etc.

Es ilógico pensar que un usuario promedio podría conseguir un disco lo suficientemente compatible como para tener al menos una pequeña oportunidad de que la tarjeta sea utilizable.

Y aún cuando se tenga el donador correcto debe hacerse el cambio de componentes y su reprogramación con equipo especial.

 
Sugerir el intercambio de tarjetas sin tener equipo especial, acceso a base de datos de firmware y soporte de los fabricantes de equipo de recuperación, indica un desconocimiento profundo de la forma en que funciona un disco duro y de los procedimientos necesarios para llevar a cabo su recuperación.
 
La mala interpretación del problema puede llevar a intentos fallidos que destruyen los datos sin remedio.
 
Lo mejor es acudir con un profesional, por un diagnóstico (casi siempre gratuito), que no pondrá en riesgo su información.
 
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