Hace tiempo nos encontramos con un caso particular, en el que debimos encontrar la forma de copiar grandes cantidades de archivos de un disco a otro.
Después de hacer una recuperacion de datos de un disco duro WD SATA de 2 Tb (FAT32) con daño físico interno, el cliente nos solicitó que le entregáramos la información recuperada en un disco similar.
Nosotros contamos con equipo especial duplicador de datos que nos permite clonar discos a una velocidad de hasta 7 Gb por minuto, por lo que en pocas horas teníamos el disco clonado listo para entrega.
El problema
Nos dimos cuenta que el disco fuente se encontraba lleno (con alrededor de 1 Gb libre), por lo que sugerimos respaldar los datos en un disco de 3 Tb, para evitar la posibilidad de corrupción lógica y dar espacio a una eventual sustitución de sectores si llegara a haber daño.
Sugerimos al cliente un disco de 3 Tb USB 3.0 para asegurar la compatibilidad, toda vez que no todos sus equipos de computo soportan discos de 3 Tb SATA. Y aquí encontramos el primer problema: No podíamos clonar el disco fuente pues el sistema de archivos FAT32 no es compatible con discos de 3 Tb.
Entonces, instalamos el disco fuente de 2 Tb con FAT32 para copiar todo al disco de destino de 3 Tb. Nos dimos cuenta que había alrededor de 16,000,000 de archivos, por lo que nuestro sistema (Intel i7, 16 Gb RAM, Windows 7 32bit), mandaba mensajes de error de falta de recursos frecuentemente, y se paralizaba hasta reiniciarlo.
Análisis y pruebas
Una solución probable era instalar Windows 7 de 64bit, que tiene un manejo de memoria mas eficiente y con el cual probablemente no habríamos tenido el mismo problema. Pero aun así, al tratarse de una cantidad gigantesca de archivos, hubiéramos tardado varios días en lograr la copia.
Hay que recordar que no es lo mismo copiar un archivo de 1 Gb que 1 millón de archivos de 1 kb, pues las operaciones de lectura y escritura se hacen una por vez, por lo que en el segundo caso se tendrían que hacer 1 millón de operaciones de lectura y escritura para copiar los archivos. Esto consumiría mucho tiempo y necesitábamos alguna solución mejor.
Intentamos hacer la copia con TeraCopy, utilería diseñada para copiar y mover archivos más eficientemente que con el explorador de Windows.
TeraCopy salta los archivos malos o bloqueados durante el proceso de copiado (sin interrumpirlo), y despliega una lista de ellos al final para que podamos tomar acciones al respecto. También prueba los archivos automáticamente al calcular errores de CRC. Se integra con Windows y puede ser configurado como el manejador de copias predeterminado.
En ocasiones anteriores nos había funcionado bien, pero esta vez comenzó a congelarse cuando llegaba por encima de los 4 millones de archivos. Teníamos que buscar otra alternativa.
Programas probados
Existen varias utilerías que sirven para transferir una gran cantidad de archivos. Nombres como Acronis, Ghost, CloneZilla, Double-Image, Fast-Copy, Unstoppable Copier y RichCopy entre otros. Después de leer una buena reseña, decidimos probar con RichCopy.
RichCopy fue desarrollado internamente por Microsoft, para mejorar la velocidad de copiado en ambientes de prueba. Se mantuvo como herramienta interna desde 2008-2009 hasta que se comenzó a filtrar a algunas redes y finalmente, Microsoft lo liberó al público y puede ser descargado gratuitamente desde AQUI.
La ventaja principal de RichCopy es que se puede configurar para que trabaje con varios archivos simultáneamente (multi-threaded). Aunque en teoría soporta hasta 256 operaciones al mismo tiempo, preferimos mantenerlo en el limite sugerido de 20.
En esta página encontramos una comparativa entre 15 programas de copiado, muchos de los cuales son gratuitos y soportan el multi-threading.
Utilizamos RichCopy para copiar una carpeta de aproximadamente 600,000 archivos, que demoró alrededor de 4 horas. Después instalamos FastCopy para copiar otra porción similar de datos, misma que tardó unas 2 horas y media en terminar.
La solución
Tanto RichCopy como FastCopy incluyen opciones para sincronizar las copias, o para copiar solo lo que no exista en el disco de destino.
Encontramos que ambas herramientas son sencillas de usar pero sí requieren de alguna configuración que no es intuitiva, por lo que hay que revisar el manual antes de usarlas (ambos manuales vienen en inglés).
Preferimos usar FastCopy (aunque se cerró un par de veces sin mensaje de error), pues la velocidad de copiado es superior a la de RichCopy. El copiado de 16 millones de archivos tomó alrededor de 10 horas en total.
El punto decisivo fue además que FastCopy incluye una opción de verificación, aunque ralentiza todo el proceso.
Conclusión
Encontramos que cualquiera de las dos opciones funcionan bien en nuestro caso.
Aunque la más rápida y mejor opción es siempre el clonado con hardware, para los casos en que esto no es posible podemos usar FastCopy o RichCopy.
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