La recuperación de datos es una disciplina de la informática (computación), que comprende el conjunto de técnicas, estrategias y procedimientos para acceder a la información almacenada en medios de almacenamiento digital, que por algún error, daño o mal funcionamiento no están disponibles de manera normal.
La recuperación de datos también incluye, cuando es posible, la reparación de los archivos dañados.
Visión general
En el transcurso de su trabajo, tanto los proveedores de soporte técnico, centros de servicio (o help desk), como los usuarios en general, se encontrarán con la pérdida de datos.
La recuperación de datos es necesaria cuando el medio de almacenamiento ha fallado y no existen respaldos disponibles, o para traer de vuelta la información que ha sido borrada, inutilizada, que está perdida o que es inaccesible por varias razones.
Guardando las debidas distancias, la recuperación de datos es a la informática lo que la neurocirugía es a la medicina, por lo que se trata de una especialidad que solo debe llevar a cabo un profesional con experiencia, instalaciones, herramientas, insumos, refacciones, equipos y capacitación especiales.
Precauciones iniciales
La información grabada en un dispositivo dañado corre grave riesgo de perderse, por lo que debemos seguir algunas recomendaciones esenciales para asegurarnos de no destruirla durante el diagnóstico o en la fase de imagen o clonado.
Como en medicina, el principal precepto de la recuperación de datos es «primero, no causar más daño».
El dispositivo dañado se debe proteger de personas no competentes, pues es muy fácil destruir los archivos al realizar intentos fallidos, o al aplicar métodos incorrectos para tratar la falla presentada.
Los intentos bien intencionados pero mal informados pueden reducir o arruinar la probabilidad de una recuperación exitosa, e incluso pueden exponer a quien la ejecuta a responsabilidades legales.
Por esta razón, es muy importante no conectar el dispositivo ni una vez más para evitar que se destruya, porque todos los daños lógicos, físicos, electrónicos, mecánicos, externos o internos son progresivos y destructivos para la información.
No tiene sentido encenderlo más porque los dispositivos no descansan, ni se regeneran con el tiempo, ni se reparan solos; no existen programas para reparar daños físicos, las tarjetas controladoras no son intercambiables y en general, la recuperación de datos no es un proceso que pueda hacer un «técnico», con adaptadores o herramientas artesanales en un taller.
Tener experiencia, capacitación, herramientas, insumos, refacciones y los mejores equipos actualizados representa la diferencia entre recuperar los datos o perderlos.
Primero preguntar, después conectar
No es buena idea intentar trabajar con dispositivos presuntamente dañados, de los que no se conocen los antecedentes o síntomas, por lo que hay que extremar precauciones y averiguar todo lo posible ANTES de encenderlos.
Para su diagnóstico, solo deben conectarse a través de equipo especial de recuperación (que protege contra corto-circuitos y/o sobrescritura).
Acerca del uso de programas de recuperación de datos
En general, hay más de 40 fallas posibles y los programas solo deben usarse en dispositivos en buen estado, para recuperar datos con daño lógico por virus, formateo, borrado accidental o con fallas de actualización, mal funcionamiento del sistema operativo o errores de programas.
Cualquier otra falla debe ser diagnosticada y atendida usando equipo especial.
Limitaciones de los programas de recuperación de datos
Ningún programa puede:
– Reparar sectores dañados.
– Operar a nivel de bloques (en discos duros, bad block issues).
– Diferenciar el tipo de sectores dañados (lógico, físico o débil).
– Leer o saltar sectores débiles (weak sectors).
– Configurar los reintentos de lectura (velocidad, dirección, tamaño).
– Estabilizar la lectura (o corregir inestabilidades).
– No puede bloquear el SMART.
– No puede detener la relocalización de sectores (reallocation of bad sectors).
– Editar o reparar el firmware (salvo si es a través de un equipo especial).
– Detectar o reparar daños físicos en conectores o cables.
– Reparar daños electrónicos, como una tarjeta controladora (PCB) quemada.
– Reparar corto-circuitos.
– Reparar daños mecánicos, por ejemplo del cabezal (HSA).
– Reparar otros daños internos, como un motor o servomotor quemado o atascado.
El propósito de compartir información básica acerca de las mejores prácticas para la recuperación de datos, es el de reducir la probabilidad de dañar o destruir el disco durante el diagnóstico, en la fase de «imagen» (clonado) y durante la reconstrucción o recuperación de los archivos.
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